EL SECRETO DE UN DISEÑO UX EXITOSO: TODO SE TRATA DE LAS MICROINTERACCIONES
Con las soluciones tecnológicas Daruma Software | Experience brindamos la mejor experiencia de usuario a través de su usabilidad en un diseño dinámico e interactivo para asegurar la fácil realización de las labores de gestión, logrando mejores resultados para la toma de decisiones asertivas en el entorno empresarial.
Las microinteracciones tienen el potencial de cerrar mágicamente la brecha entre el usuario y la tecnología mediante una conexión emocional y humana; y a su vez, motivarlos a regresar por más.
Entonces, ¿qué son las microinteracciones?
Las microinteracciones tienen como objetivo cumplir con un solo momento o tarea que ofrezca al usuario una experiencia encantadora y retroalimentación útil. Estos micromomentos son lo que finalmente guían al usuario de forma intuitiva y efectiva a través de un flujo.
Las microinteracciones son útiles para:
- Cumplir con una sola tarea o solo una tarea sencilla.
- Interactuar con una sola pieza de datos, tales como la temperatura o la calificación de una canción.
- Controlar un proceso continuo, como el volumen de una canción en spotify, adecuando la configuración.
- Ver o crear una pequeña pieza de contenido, como un estatus en Facebook, activando o no una opción o función.
¿Por qué incorporar las microinteracciones en tus diseños web?
- Motivan al usuario a interactuar con una página web, ya sea haciendo clic en un botón, compartiendo contenido, o respondiendo un mensaje o notificación.
- Le brinda a los usuarios una retroalimentación inmediata.
- Ayudan a los usuarios a navegar por el sitio.
- Guía al usuario a través del flujo de forma fácil e intuitiva.
Las microinteracciones se dividen en cuatro partes:
Desencadenantes
Un desencadenante es aquello que inicia la interacción. Es la señal, que motiva al usuario a tomar acción. Un desencadenante podría ser el “batir” de un ícono para motivar al usuario a posarse o hacer clic en él. El botón azul que flota sobre tu notificador de noticias de Twitter que dice “nuevos tuits” con una flecha apuntando genera que hagas clic en él para ver todos los nuevos tuits que se han publicado cuando no estuviste presente.
Algunos de los mejores desencadenantes son aquellos que realmente anticipan la necesidad del usuario sin tener que decirla. Para ello, el diseñador debe recolectar todos los datos de investigación y comportamiento del usuario. Esto le ayudará a predecir lo que este necesita y diseñar desencadenantes adecuados.
Reglas
Los desencadenantes interactúan con las reglas. Para el usuario, estas reglas deben parecer naturales. Asimismo, ayudan a minimizar los errores. Un buen ejemplo de esto es si tratas de enviar un correo por Gmail sin ingresar el “asunto”. Cuando ocurre eso, Gmail informará que “el correo no tiene asunto” y preguntará si aún quieres enviarlo.
Retroalimentación
La retroalimentación se basa en las reglas y proporciona a los usuarios información sobre lo que ocurre en ese momento. Ejemplo de ello tenemos la retroalimentación que se recibe de los formularios cuyo diseño se basa en los usuarios. Incorporar una validación en línea en tu diseño dentro de un contexto adecuado puede realmente ayudar al usuario.
Los bucles y modos
Los bucles y modos determinan las meta-reglas más extensas de la interacción. Si una microinteracción se usa de forma constante, es importante considerar cómo cambia respectivamente. Piensa en cómo esa interacción se adapta según el comportamiento del usuario. Cuál es la diferencia entre el uso de la primera microinteracción con la misma pero por séptima vez.
Hay que tratar de crear bucles que se adapten con el tiempo. Esto enriquece la experiencia cada vez que se interactúa con ella. La función de memorias de Facebook es un claro ejemplo de cómo crear experiencia que se adaptan a cada tiempo.
Cosas a tomar en cuenta cuando se diseñan microinteracciones
No hay que hacer un sobrediseño. Las microinteracciones no deben transmitir rareza o tomar mucho tiempo para cargar. Deben servir como propósito mientras fluye sin problema por todo el diseño.
La primera vez que alguien experimenta una microinteracción, debe sentir lo mismo que cuando lo usa por décima vez o centésima vez. Adapta las microinteracciones al contexto. Si es la primera vez del usuario, usa flechas que lo ayuden a navegar por la aplicación. Proporciona la opción de “no mostrar el mensaje de nuevo”, de manera que no se vuelva molesto en el futuro.
Finalmente el tercer consejo es no iniciar de la nada. Comprende a los usuarios, sus motivaciones, y el contexto que los lleva a hacer la búsqueda. La información que obtengas te brindará lo que necesitas para tomar la decisión más efectiva y útil. Si los usuarios están ahí por vigésima vez, descubre cuáles son sus motivaciones y objetivos y crea microinteracciones en base a los descubrimientos. Recuerda el objetivo de esas interacciones es ser sutiles y efectivas.
Artículo cortesía de Staff Digital, agencia de diseño de páginas web en Lima, Perú.
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